El retrato ha sido una de las principales características dentro de mi obra, cuya finalidad ha sido una búsqueda constante del quiénes somos cuestionando todos esos factores implícitos que hay por detrás. Cada identidad se desfasa en una multiplicidad de personalidades que ponen en duda al ente como individuo ya que lo conocido como el “yo” es una absoluta diversidad de circunstancias, apropiaciones , condicionamientos, producto de una infinita acumulación de sucesos que devienen al ser.
Me interesa esa multiplicidad de señas particulares que existen dentro del sujeto, su belleza, sus defectos, el registro fisiológico de cómo lo atraviesa la vida, de lo heredado y provocado. Trabajar con las distintas posibilidades que nos da cada particularidad, llevándola al terreno de la personificación, la susceptibilidad del ser, la efervescencia constante de personajes con los cuales nos identificamos, de los cuales nos apropiamos, revelando a cada instante nuestros deseos, creando fantasías, ficciones, encarnando lo que somos, lo que no somos y nos gustaría ser.
La personificación como punto de encuentro entre la realidad y la ficción, como el resultado de una aglomeración de infinitas posibilidades.